Jacint Creus —autor de cuyos últimos estudios publicados sobre Guinea Ecuatorial me sirvo para reflexionar sobre este día—, en un intento por establecer un paralelismo antitético (colonización, poscolonización y ejercicio del poder), sostiene que la historia colonial de Guinea Ecuatorial presenta, entre otras muchas características, una realmente significativa: la mediocridad de los que la rigieron sobre el terreno. Una mediocridad espléndida para el investigador, porque aquellos dirigentes, incapaces de sospechar el sentido de la Historia que protagonizaban, actuaron siempre de una forma primaria, meridiana y clara, expresando sin tapujos sus pretensiones, seguros de su impunidad «ante la Historia». Gobernar, para ellos, nunca fue una forma de articular la sociedad que ya existía, sino una estrategia para sustituirla por otra distinta, «al gusto», según el propio «sueño». Seguir leyendo